domingo, 22 de junio de 2008

Semilla de ideas

Los seres humanos siempre hemos querido vivir en las mejores condiciones, ya sean laborales, económicas, de salud y amor, pero somos pasivos y no hacemos nada sólido para conseguirlo, vivimos por vivir; no reflexionamos ni hacemos un alto en nuestras vidas para examinar en que estamos fallando, cuales son nuestras fortalezas y debilidades; entonces llegamos a un punto que no sabemos lo que queremos y nos damos por vencidos ante cualquier fracaso, hay que hacer un balance en nuestra vida que estamos haciendo bien o mal y como lo vamos a mejorar para así cada vez que revisemos estos factores miremos cual ha sido nuestro progreso frente al cambio.

También otro punto fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos es contar cada día con las cosas que poseamos y que el dinero no puede comprar, debemos ser agradecidos por lo que Dios nos da a diario, si estamos aquí por su infinita misericordia.

Para llegar a tener éxito no hay que tambalear en nuestras decisiones. Debemos tener criterio, preparación y valor para enfrentar cualquier fracaso.

Cuando existe algún problema, se le debe dar poca importancia para que así se reduzca por si solo. Por que preocupándonos no vamos a solucionar nada, hay que actuar y pensar con cabeza fría.

Para poder tener un pensamiento positivo se necesita primero que todo echar a la basura las creencias negativas y aprender a dominar la mente.

No debemos sentirnos abrumados frente algún problema debemos buscar como solucionarlo y saber que esto ayuda a nuestra formación como personas.

Las cosas pasan siempre con algún propósito, hay que mirarle el lado positivo a todo.

La vida en comunidad


Es muy útil para realizar logros de beneficio común siempre y cuando se tenga en cuenta que no se deben violar principios básicos de la naturaleza, quiero decir con esto que en la sociedad actual encontramos comunidades de diferentes tipos y entre ellas algunas que solo trabajan (sin saberlo) para el beneficio de sus líderes. Si se respetan dichos principios, y se trabaja siempre de corazón para un beneficio mutuo, se pueden lograr muchas cosas positivas no solo para la comunidad que lo practique si no para todas las otras comunidades que se encuentren a su alrededor.
Una comunidad es una reunión de seres de las mismas características, humanas, animales irracionales o vegetales que se han unido con objeto de conseguir un fin común. En todos los casos estarán regidos por unas mismas leyes, naturales, o estatutos establecidos( en el caso humano) que han de cumplir para conseguir ese fin último que les ha congregado.

sábado, 31 de mayo de 2008

Desarrollo Humano

Nos pueden despojar de todo, salvo de elegir nuestros valores de actitud frente a las circunstancias de nuestra propia vida

Si tenemos en cuenta que el mundo está cambiando a un ritmo sin precedentes, podemos deducir que las actividades humanas están llevando al límite el entorno biológico y físico del planeta, y en algunos casos se ha sobrepasado la capacidad del ambiente para absorber los resultados de esas actividades. Podríamos decir que en este mundo no hay oportunidades para los pobres, pero si lo vemos desde otro punto de vista, quiero decir desde el punto de vista de la persona misma, de su ser, es muy probable que veamos las cosas muy diferentes a como el entorno en el que vivimos nos lo permite ver.

Los seres humanos somos los únicos animales con la capacidad de pensar, aunque algunas veces no usamos este racionalismo y nos dejamos llevar por los instintos que después nos traen repercusiones al momento de analizar que fue lo que hicimos. El arma más poderosa que tenemos los seres humanos es nuestra mente, cuando nace un bebé, nace totalmente indefenso, y se supone que los adultos están encargados de enseñarnos a defendernos en la vida, pero… ¿Qué pasa cuando el adulto no tiene ni idea de cómo defenderse el mismo? Esta es la gran problemática, en esta sociedad, el desarrollo humano ha perdido su razón de ser, nos hemos concentrado en el desarrollo industrial en el material, olvidándonos completamente que los avances tecnológicos son hechos por y para los seres humanos, de nada sirve ser tan inteligentes si no tenemos la capacidad moral de preocuparnos por el bienestar de nuestros semejantes. En este contexto, necesitamos políticas sociales que conviertan el crecimiento económico en desarrollo humano porque cuando existen desigualdades marcadas, los desfavorecidos carecen a menudo de los recursos necesarios para participar en la corriente central de la sociedad, y eso se aplica tanto a los individuos como a los países. Si Dejamos a un lado las posibles consideraciones morales, la exclusión hace que se pierdan recursos potenciales y causa inseguridad como por ejemplo, las personas marginadas, que no están comprometidas en el mantenimiento del orden social. Parte de la solución consiste en promover una más amplia aplicación de las ideas que encierra la noción de desarrollo sostenible. Eso significa reconocer la importancia fundamental de fomentar y proteger las capacidades del ser humano.

La buena salud es un activo indispensable, en particular para las poblaciones pobres y vulnerables, y hay que ver en ella tanto una causa como una consecuencia del desarrollo humano. La salud es un factor clave para asegurar la productividad y para sobrevivir a las crisis (pues reduce la vulnerabilidad), y es la clave asimismo para alcanzar metas de desarrollo más amplias, como la educación universal. Por esos motivos, la protección y mejora de la salud pública
no puede por menos que beneficiar a todos los sectores: económico, social y ambiental.
En conclusión el punto clave para despertar en los líderes de hoy, (Presidentes, Reyes, Primeros Ministros, y porque no hasta Dictadores), la conciencia de desarrollo sostenible es siendo proactivos. Pero no es haciendo manifestaciones y marchas silenciosas o acciones relámpagos en contra de esta o aquella multinacional que se aprovecha de los empleados o del medio ambiente, considero que esa no es la manera. La mejor manera consiste en que cada uno permanezcamos siempre en busca de soluciones a nuestros problemas incluso en medio de circunstancias adversas. Es solamente cuando perdemos la ecuanimidad mental que nos volvemos vulnerables al sufrimiento. Así pues, cada vez que las llamas de las dificultades nos acosen, recurramos al bálsamo de la pro actividad busquemos nuestros propios recursos, nunca paremos de estudiar, de aprender cosas nuevas, de mantener la continuidad de nuestra formación, de nuestro ser, de esa manera podemos estar seguros de que aplicándolo lograremos restaurar la calma y el equilibrio de nuestros seres y sobre todo el de los demás.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Perseverancia

Es tiempo de que los buenos propósitos se vuelvan realidad.

Normalmente a principios de año comenzamos nuestra lista de "buenos propósitos". El final de un ciclo nos impulsa reflexionar sobre nuestras virtudes y defectos, hasta el punto de tomar una resolución firme y realizar cambios. Todos sabemos cuán efímeros son esos propósitos, y que no pasarán ni siquiera un par de semanas antes de que se olviden. Sin embargo, esto no solo ocurre en año nuevo, puede ocurrirnos en nuestras vidas en muchos aspectos.La perseverancia es hermana de la fortaleza. Con frecuencia en muchos aspectos de la vida, existe una verdadera lucha. Desde la escuela, el "aguantar" a un jefe lleno de defectos, tener una novia o un novio que hace cosas que nos desagradan, tener un marido o una esposa que a veces nos rompe los nervios y muchos otros momentos de la vida son difíciles. Desde pequeñas crisis hasta grandes huracanes, la vida nos depara un hecho innegable: la vida es hermosa, pero no necesariamente sencilla.Si somos como un barquito de papel, la menor llovizna nos hunde irremediablemente. Hace falta la fortaleza.La perseverancia es un esfuerzo continuado.

Es un valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto. Existen muchos matices al vivir la perseverancia: existen aquellos que son necios irremediables, y otros que son veletas que cambian de rumbo. Estos últimos, tienen grandes problemas.Siempre es emocionante iniciar algo: existe una gran ilusión, sueños y esperanzas. Ese "algo" puede ser un nuevo trabajo, vivir en una nueva ciudad, conocer a una persona que potencialmente puede ser nuestra pareja, un nuevo proyecto de trabajo. Sin embargo, fácilmente comenzarán a existir resistencia y problemas. En el nuevo trabajo, comenzaremos a conocer gente que no nos agrada, o las exigencias podrán ser agotadoras, al vivir en una nueva ciudad tal vez la gente no nos acepte fácilmente por nuestro acento o nuestra costumbres, tras el "enamoramiento" inicial, comenzamos a descubrir que esa persona ideal no lo es tanto y que en su personalidad hay aspectos que pueden rayar en lo insoportable. Si una persona abandona un trabajo porque su jefe no le agrada, tras cambiarse de ciudad decide regresar a su lugar de origen porque el hicieron el feo por su acento, si abandonamos a la pareja porque "no es perfecta", entonces estamos ante la falta de perseverancia, y en el fondo siempre existe un sentimiento en el corazón: el de haber sido derrotado, vencido y el no haber luchado por algo que valía la pena.El combustible para que la perseverancia pueda moverse largamente es el de la visión de largo plazo y la profundidad. Los seres humanos somos hedonistas, es decir, preferimos el bien inmediato. Una persona puede utilizar una droga porque en el momento de administrársela a su cuerpo percibe sensaciones que le gustan, pero no le importa que su cuerpo se dañe en el largo plazo. Esa miopía provoca que hagamos grandes tonterías en nuestras vidas por obtener satisfacción instantánea. El punto es que con la perseverancia, debemos tener la fortaleza de no dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo, a cambio de obtener algo más grande y mejor en el futuro. Si vemos la vida con superficialidad entonces nos dejaremos llevar por las cosas inmediatas.Cuando hablamos de perseverancia, valdría la pena tomar un papel y ver nuestros propósitos de año nuevo. El problema con los propósitos es que siempre decimos el "qué" pero nunca el "cómo". Por otro lado, a veces no conocemos a fondo nuestras capacidades (o falta de ellas) para poder establecer objetivos que realmente podamos alcanzar. La lista de año nuevo, y cualquier propósito que emprendamos (una relación afectiva, un trabajo, un cambio de residencia), debería estar acompañado de un recuento de los medios con los que vamos a lograr ese trabajo.

Si queremos arreglar una cañería rota, necesitaremos herramientas, y sería muy bobo desalentarnos porque no pudimos llegar hasta la cañería por el muro con las uñas ¡Hacen falta herramientas! Esas herramientas son nuestras habilidades, circunstancias, posibilidades y conocimientos. ¿Cómo aplico mis habilidades, circunstancias, posibilidades y conocimientos para que mi relación de pareja sea estable? ¿Cómo intervienen mis posibilidades en ese nuevo trabajo? ¿Qué se hacer bien y mal? La perseverancia requiere sentido común. A cambio de contar con el valor de la perseverancia obtendremos el gozo de luchar por lo que queremos. Tal vez no lo logremos de inmediato, incluso tal vez no logremos algo en el final, sin embargo es importante disfrutar el camino. La perseverancia brinda estabilidad, confianza y es un signo de madurez.A veces nos olvidamos de la sabiduría popular, pero no sería mala idea reflexionar solo un momento el viejo refrán El que persevera alcanza.

martes, 31 de julio de 2007

Que haces para tu superación?

EL PERFECCIONAMIENTO DE SÍ MISMO

Afortunados todos aquellos que todavía se nos da la oportunidad de estar en esta dimensión, oportunidad que debemos saber aprovechar en pro de nuestro crecimiento, de sorprendernos inatentos en nuestras acciones, de corregir todos esos errores que hemos cometido, afectado nuestro comportamiento y deteriorado de nuestra personalidad.

Día a día debemos trabajar en pro de nuestro perfeccionamiento, pues este debe ser para todos la aspiración más elevada y el ideal más sublime, porque está íntimamente ligado con la verdadera e inmutable felicidad que es el anhelo más hondamente sentido por la humanidad y que sólo se llega a convertir en realidad cuando llegamos a ser perfectos, porque el ser perfecto dejaría de serlo sino fuera también completamente feliz.

Recordemos como una vez lo que citara Hochköppler: vida triste la que no tiene un ideal a la existencia sin aspiración de algo más elevado, bello y grande, porque es cosa bien triste y es casi imposible de concebir que pudiera existir.

¿Quién no aspira a mejorar la situación actual?, al respecto se puede señalar, que lo importante es saber dar a esta aspiración existente en todo ser humano, la verdadera situación. Conviene señalar la verdadera meta para evitar falsos rumbos y no gastar nuestros esfuerzos sino en la verdadera dirección.

Por tanto, ¿Cuál es el verdadero ideal, cuál la meta a la que debemos dirigir nuestros esfuerzos y no esquivar rumbos?. Definitivamente el verdadero ideal es la perfección, en donde su resultado es ser perfecto.
No dudamos, que Usted se ha preocupado por ser cada día mejor dentro de esta corta existencia, más en el escenario que ha seleccionado desempeñarse , sin originarse daño ni a los otros. No olvide, que la perfección a la que debemos aspirar consiste en el pleno desarrollo, equilibrio y dominio armonioso de la naturaleza del hombre, que esta compuesta de tres partes: la física, la emocional y la elemental; porque las emociones y los pensamientos habituales forman parte de un sentido muy real, del ser corporal humano, desde que muchas veces se impone sin que sea la intención del hombre mismo. No obstante, el hombre es un ser social, viviente que tiene sentimientos, que debe saber controlar, ideas y voluntades propias, libre albedrío y que debe ser capaz de ejercitarlo empleando su naturaleza trina en los propósitos surgidos de dentro de si mismo, debe controlar su cuerpo, sus deseos, pasiones, emociones y pensamientos, porque sino los bienes, lo material, las ilusiones, las pasiones e influencias, lo esclavizan, le originan dolor a menos a menos que el hombre tenga pleno dominio de sí mismo.

Debemos adquirir el propio control sobre nuestro cuerpo, emociones y pensamientos, entonces seremos capaces de afrontar las grandes cosas sin que se merme nuestro poder, un nuestra felicidad, porque la falta del propio control es la verdadera causa de las tantas miserias que nos agobian. Basta que observemos a las personas que nos rodean y a nosotros mismos y encontraremos cuán poco dominio mantenemos sobre nuestro cuerpo físico, cuantos movimientos y gestos no controlamos. Cuántas energía gastadas inútilmente. Debemos conserva nuestro cuerpo en buenas condiciones, mantenerlo escrupulosamente limpio, darle alimento puro y en cantidades razonables, sin caer en la extravagancia, ser demasiado indulgente en el comer y en el beber, trabajar sin estrés, equilibradamente, sin tensión, sin vivir de prisa.

Consideremos lo que nos lega el Tao: “El gran éxito, como la desgracia puede causar problema. El éxito que promueve el ego puede hacerle perder el camino”. La persona Tao acepta el Uno y vive en paz con su modelo. No te demores en tu ego y descubrirás tu alma. Evita los actos orgullosos y tu trabajo perdurará. S no compites, nadie en la tierra competirá contigo. Sigue la sabiduría antigua: Cede y supera. La paz verdadera se logra centrándose y mezclándose con la vida”.
Le recordamos no olvidar en el trabajo hacia el perfeccionamiento de sí mismo, de despojarse del orgullo, puesto es falso, crea barreras e impide la intimidad.

Recuerde lo que Leo Buscaglia señala: No temer a los desacuerdos a las discusiones, pues las únicas personas que no discuten son las que no se preocupan por nada o están muertas. De hecho. No sostenga discusiones breves asegúrese de terminarlas en una forma definitiva.

ERRAR ES HUMANO



¿POR QUE DEBEMOS RECONOCER LOS ERRORES?
Es común que al tomar decisiones nos equivoquemos, y que entre uno y otro error alguien resulte lastimado. Sin embargo, muy pocas personas aceptan y reconocen sus errores, pues se tiende a ocultarlos, excusarse o discutir, antes de poder decir: “Lo siento”. Siga leyendo.
Cierto día, durante mientras dictaba una conferencia sobre relaciones de pareja, sugerí que era fundamental aprender a reconocer los errores y además enmendarlos. Uno de los asistentes, señaló que eso no era ni fácil ni inteligente. No era fácil por nuestra naturaleza orgullosa y no era inteligente debido a las consecuencias que generaba, como: tener que humillarse, rebajar la imagen y perder poder. Intentaré aquí abordar el tema e incluir algunos de los argumentos con los cuales respondí a la persona que hizo el citado planteamiento.Lo primero que conviene comprender para avanzar sobre este interesante tema, es que equivocarse es normal, y puede ser necesario y positivo. Comencemos por decir que un error es un término interpretativo, que significa desacierto o equivocación en la concepción o ejecución de una acción determinada. Los dos factores más frecuentes que se encuentran en la tendencia a errar son la falta de información, la actitud mental negativa y la ineptitud de ejecución. Visto esto, diremos que nunca se tiene toda la información, no siempre nos sentimos ben ni en la misma emoción, y no todo podemos hacerlo a la perfección. Siendo así, como humanos, resulta lógico y razonable que nos equivoquemos. Un segundo elemento es la consideración cultural de que un error es algo negativo. Pienso, que en la mayoría de los casos, exceptuando errores de consecuencias irremediables o irreparables, la situación en realidad es paradójicamente contraria. No es negativo que un niño se caiga cuando intenta superar el gateo, pues eso le permite aprender a caminar. Gracias a los errores de entrenamientos y ensayos se alcanzan la calidad y la excelencia. Una vez escribí en mi libro El mensaje de los Sabios: “Los errores son cursos de aprendizaje rápido”. Pensemos que cada error es una experiencia, una memoria, y los más experimentados son los que por lo general eligen mejor.Lo cierto es que equivocarnos puede ser de gran ayuda como entrenamiento para retos mayores. Así, si aceptamos que es normal equivocarse, y que puede incluso ser muy positivo, el asunto siguiente es ¿Qué posición tomar ante el error? Las opciones más frecuentes suelen ser: negarlo, evadirlo o reconocerlo.La experiencia nos ha dicho que la tendencia más común y la más negativa de todas es negarlo, lo cual implica manejar la situación como si nada estuviera ocurriendo. Esto cierra toda posibilidad de un abordaje sano y productivo. Es un mecanismo primitivo puede estar relacionado con indicadores de baja autoestima, como: sobre exigencia, autoengaño y necesidad de manipulación de los demás. Es una estrategia típica en muchos políticos y adictos a la “buena imagen”.Otro mecanismo frecuente es la evasión. Aquí, a diferencia de la negación, se ve, y puede reconocerse, pero se huye para no afrontar los eventos y sus consecuencias. Muestra la presencia de estados de culpa y ansiedad, y se destaca un estilo de abordaje ocasional, ligero, distractor, con cambios de tema y manejo poco serio, pues se busca distanciarse del posible malestar emocional que confrontar el error puede producir.La otra forma, la que estimo positiva y necesaria, es la de afrontar responsablemente los hechos y sus consecuencias, lo cual trae aparejados diversos beneficios que destaco a continuación: Reconocer los errores que cometemos nos hace humildes. Cuando tenemos poder o nos va muy bien tendemos a alejarnos de Dios y actuar de manera egoísta y soberbia. Ver y admitir errores y defectos nos encamina a una visión más justa acerca de nuestra falibilidad y la necesaria humildad que deben tener quienes, sin duda alguna, van a envejecer y a morir.Reconocer los errores que cometemos nos permite aprender y mejorar. Esto es así, pues mientras más rápida y claramente veamos lo que o ha salido bien, más pronto podemos remediarlo y aprender del error para evitar reincidencia, y poner las cosas en el nivel que deben tener.Reconocer los errores que cometemos nos da una imagen favorable. Esto es así pues a diferencia de lo que se piensa, cuando asumimos la responsabilidad por un resultado indeseado, se nos reconoce como personas honestas de las que no hay que cuidarse, lo que abre las puertas de la confianza en las relaciones y las mejora notablemente.Reconocer los errores que cometemos, induce a otros a admitir sus errores. Es más fácil que los demás admitan lo que no hacen bien si alguien les da el ejemplo. Ocurre aquí el mismo fenómeno que en las fiestas, donde al iniciar alguien el primer baile, le siguen varias parejas en inmediato apoyo.Reconocer los errores que cometemos, reduce la posibilidad de conflictos y facilita la realización de acuerdos. Cuando expresamos lo que no hemos hecho bien, las personas que nos rodean “bajan la guardia” y reducen o frenan sus tendencias hostiles y esto facilita vivir en pareja y familia, tanto como trabajar en equipo. Además, es un hecho aceptado, que la gente promedio no gusta de quienes se muestran especiales o perfectos.Reconocer los errores que cometemos, nos permite ver otros ángulos de la realidad. Si nos empeñamos en pensar que todo lo hacemos bien, limitamos nuestra percepción del mundo que nos rodea, nos hacemos cómodos y nos encerramos en los hábitos. Admitir que existen mejores maneras de hacer las cosas, nos impone el reto automático de buscar tales maneras.Digamos, pues como resumen que todos nos equivocamos, que no puede evitarse, que puede ser positivo, y que hay maneras beneficiosas de abordar los errores, pues nos permiten tomarlos como abono para la tierra de la experiencia y del conocimiento.
Aceptar un error no significa humillarse, no te quita poder, lo incrementa, y más allá de prejuicios culturales podríamos hacer como el sabio japonés quien afirmaba que un secreto del éxito consiste en levantarse apoyándose en el mismo lugar donde nos hemos caído.

sábado, 16 de junio de 2007

Amor en abundancia

Es lo que nesecitas para vivir plenamente
No cabe la menor duda que el amor genuino se siente como la voluntad de hacer feliz al otro, sin interés posterior. Experimentar la sensación del amor y manifestarlo en todo su esplendor constituye si duda alguna una valiosa experiencia mientras permanecemos en esta dimensión y con esta forma.

En este escrito nos adentramos en los secretos del amor abundante, en todo aquello que nos permite dar, sentirnos felices de compartir.

ALCANCE, REPERCUSIONES
Se comenta, que cuando lleguemos al final de nuestra vida, lo único que contara, será el amor que hemos dado y hemos recibido, en nuestro viaje al otro mundo, lo único que nos llevaremos es amor y lo único de valor que dejaremos atrás es amor.

El amor esta disponible para todo el mundo, pero debemos elegirlo. En la vida se logra lo que somos , y somos lo que logramos. Las relaciones no aportan el amor, nosotros ponemos amor en la relación, cuando somos cariñosos, una relación cariñosa surge inevitablemente.

En un interesante escrito de Swami Kurmarajadasa sobre el poder del pensamiento, nos señala, que debemos de tomar en cuenta los siguientes 10 secretos siguientes secretos del amor abundante y los comenta señalando, que el primer secreto que se refiere al poder del pensamiento : El amor comienza con el pensamiento. Nos convertimos en lo que pensamos. Los pensamientos amorosos crean experiencias y relaciones amorosas.Las afirmaciones pueden cambiar nuestras creencias y pensamientos acerca de nosotros mismos y de los demás. Si quieres amar a alguien, necesitas tener en cuenta sus necesidades y deseos. Pensar acerca de tu pareja ideal te ayudará a reconocerla cuando entre en tu vida.
El segundo secreto del amor abundante el poder del respeto: No puedes amar a nada ni a nadie a menos que antes lo respetes. La primera persona que merece tu respeto eres tú. Para recuperar el respeto por ti mismo, hazte la pregunta: ¿Qué respeto en mí? Para respetar a los demás, incluso a las personas que te desagradan, pregúntate: ¿Que respeto de ellos?

El tercer secreto del amor abundante el poder de la entrega: Si deseas recibir amor, ¡todo lo que tienes que hacer es darlo! Cuanto más amor entregues, más recibirás. Amor es entregarte sin condiciones y voluntariamente.

Practica al azar actos de bondad. Antes de comprometerte a una relación, no te preguntes por lo que la otra persona te puede dar, sino por lo que tú puedes aportarle a ella. La fórmula secreta de una relación amorosa, feliz y para toda la vida es centrarte siempre en lo que puedes dar en vez de en lo que puedes sacar de ella.

El cuarto secreto del amor abundante el poder de la amistad: Para encontrar un amor verdadero, primero debes encontrar a un amigo o una amiga verdadera.

El amor no consiste en mirar a los ojos del otro, sino en mirar juntos en la misma dirección. Para amar a alguien de verdad debes amarlo por lo que es, no por su aspecto físico. La amistad es la tierra en la que la semilla del amor crece.

Si deseas introducir amor en una relación, primero debes aportarle amistad.

El quinto secreto del amor abundante el poder del contacto físico:

El contacto físico modifica una de las expresiones más poderosas del amor que existe, destruye barreras y crea vínculos entre la gente. El contacto físico altera nuestro estado físico y emocional y nos hace más receptivos al amor. El contacto físico nos ayuda a que el cuerpo sane y enternece el corazón. Cuando abres tus brazos, estás abriendo tu corazón.

El sexto secreto del amor abundante el poder del desprendimiento: Si amas algo déjalo libre. Si vuelve es tuyo; si no lo hace, nunca lo fue. Incluso dentro de una relación amorosa, la gente necesita tener su propio espacio. Si queremos aprender a amar, primero debemos aprender a perdonar y dejar ir nuestras heridas y dolencias del pasado. Amar significa desprendernos de nuestros miedos, prejuicios, ego y condicionamiento. Hoy dejo atrás todos mis miedos, el pasado ya no tiene poder sobre mí; hoy es el comienzo de una nueva vida.

El séptimo secreto del amor abundante el poder de la comunicación:

Cuando aprendemos a comunicarnos abiertamente y con sinceridad, la vida cambia. Amar a una persona es establecer comunicación con ella. Deja que la gente a la que amas sepa que la amas y aprecias. Nunca tengas miedo a pronunciar las palabras mágicas: te quiero. No dejes pasar la oportunidad de halagar a una persona. Despídete de la gente siempre con palabras cariñosas: puede que sea la última vez que veas a esa persona. Si estuvieras a punto de morir y pudieras llamar por teléfono a las personas que quieres, ¿a quién llamarías?, ¿qué le dirías?... ¿a qué esperas para hacerlo?

El octavo secreto del amor abundante es el poder del compromiso:Si deseas amor en abundancia, debes establecer el compromiso de lograrlo, un compromiso que se reflejará en tus acciones y en tus pensamientos. El compromiso es la verdadera prueba de que el amor está presente. Si quieres tener una relación con amor, debes comprometerte a crear la relación que quieres.

Cuando estamos realmente comprometidos a algo o con alguien, abandonar nunca es la opción. El compromiso distingue una relación frágil de una sólida.

El noveno secreto del amor abundante el poder de la pasión: La pasión enciende el amor y lo mantiene vivo. Una pasión duradera no procede exclusivamente de la atracción física, sino que se origina gracias a un profundo compromiso, entusiasmo, interés y fascinación por la otra persona. La pasión se puede reavivar recreando experiencias pasadas en las que existe pasión. La espontaneidad y las sorpresas crean pasión. El amor y la felicidad comparten la misma esencia; todo lo que necesitamos hacer es vivir cada día con pasión.

El décimo secreto del amor abundante el poder de la confianza:

La confianza es esencial para establecer una relación con amor. Si un miembro de la pareja está cegado por la sospecha, la ansiedad y el temor, el otro se sentirá atrapado y emocionalmente ahogado. No puedes amar a una persona plenamente a menos que confíes en ella. Actúa como si la relación que mantienes con una persona nunca fuese a acabarse.

Una manera de saber si una persona es la adecuada para ti es preguntándote:

¿confío en ella plenamente y sin reservas? Sí la respuesta es negativa, piénsalo con cuidado antes de comprometerte más.

En conclusión, no olvidemos que contamos con una fuente grandiosa como es la del amor, nos toca a cada uno estar atento de cómo manejarlo, cómo saber utilizar nuestra inteligencia emocional a fin de optimizar resultados que se derivan del estar atento y saber gerenciar esa fuente. Simplemente no hay que descuidarlo.

viernes, 15 de junio de 2007

CUANDO TE DES CUENTA QUE COMETISTE UN ERROR

APRENDE DE ÉL Y CORRIGE TU RUMBO

Siempre tenemos la oportunidad de mejorar nuestros errores, de replantear nuestras acciones, especialmente en las que nos hemos equivocado, en la que hemos cometido errores a fin de ir creciendo.

Al respecto Greg Hickman nos indica que las personas más exitosas de la Tierra han fracasado en su camino hacia el triunfo. Esto es así, los triunfadores a lo largo de la historia han literalmente fracasado en su camino al éxito aprendiendo y aprovechando de los errores que han cometido. Han reconocido que la vida es una aventura de aprendizaje continuo y que abatirse gimoteando o quejándose nunca permitiría acercarse a las metas. Un ganador verdadero planea ganar, un ganador verdadero se prepara a ganar, un ganador verdadero espera ganar y un ganador verdadero juega para ganar cada uno y cada vez fuera. Los ganadores reconocen que el triunfo es una certeza cuando tienen el valor de empezar y continuar tapando lejos hasta que ellos consigan el trabajo hecho.

Cada vez que usted es derribado, levántese inmediatamente y continúe mejorando.
Cuando cometa un error, simplemente aprenda de la experiencia y continúe el camino hacia el logro de sus sueños. Cuando reinicia inmediatamente y promete nunca rendirse, usted empieza a triunfar de nuevo.

Nos agrega Hickman, que no nos debemos preocupar demasiado si cometemos errores o si tenemos caídas. Los conquistadores de la cima comprenden que los retrocesos temporales vienen junto con el territorio que se recorre. Cualquiera sea su área escogida para la excelencia, usted va a fallar de vez en cuando. Nos guste o no, todos cometemos errores. Es conveniente que grabemos esta idea en la memoria: el fracaso nunca es fatal y nunca es lo último. Deben verse los errores y las dificultades solamente como momentáneos pequeños obstáculos en el camino, proporcionándonos una nueva oportunidad para encontrar una manera diferente de hacer mejor las cosas.

Se nos indica que en ese trabajo en que estamos comprometidos de mejorar nuestro comportamiento, ir adquiriendo seguridad en nosotros mismos, se tenga presente, que se debe concentrar la mente en las metas que tenemos o en los ideales por los que luchamos nos ayuda a mantener la motivación. Puede que estés realizando una actividad rutinaria o poco significativa, pero si te ayuda en el camino a conseguir tus grandes metas, entonces pasa a ser importante y es bueno hacerlo bien y con gusto. La mayor felicidad está en tener ideales por los cuales luchar en la vida. Además, da fuerzas para vencer cualquier obstáculo. Una vida sin grandes metas ni ideales, es más bien una vida pobre y mediocre. Mediocre, porque estamos desarrollando a medias nuestras enormes potencialidades y capacidades. Las grandes metas son desafíos que estimulan y sacan lo mejor de cada uno. Se consigue felicidad mientras se camina hacia los ideales.

Mientras más estímulos tengamos, o sea, más actividades y personas que nos conduzcan a nuestros ideales, nuestra motivación se mantendrá fácil. Si los estímulos son poco intensos, necesitaremos más motivación para mantener nuestra atención.

Sergio Valdivia nos proporciona un código de cortesía que debemos tomarlo en cuenta, a saber:

Fracaso no significa que somos unos fracasados. Significa que todavía no hemos tenido un buen éxito.

Fracaso no significa que no hemos logrado nada. Significa que sí hemos
aprendido algo.

Fracaso no significa que hemos actuado como necios. Significa que sí hemos tenido mucha fe.

Fracaso no significa que hemos sufrido el descrédito. Significa que sí
estuvimos dispuestos a probar.

Fracaso no significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.

Fracaso no significa que somos inferiores. Significa que aún no somos
perfectos.

Fracaso no significa que hemos perdido nuestra existencia. Significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.

Fracaso no significa que debemos echarnos atrás. Significa que sí tenemos que luchar con mayor ahínco.

Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas. Significa que sí tardaremos un poco más en alcanzarlas.

INTEGRACION

La clave para el exito en las relaciones personales


Quienes se han detenido a leer este artículo, ya se habrá o está integrándose con alguien que seleccionó para ser su amigo, compañero, novia, amante, esposa, que lo acompañe en este corto tránsito por esta dimensión de formas ilusorias y perecederas.

Probablemente, algunos no se equivocaron en su selección, otros se sienten frustrados, hay quienes comparten su felicidad y tratan de que ésta perdure, no obstante, hay quienes todavía andan tras la búsqueda o desean integrarse plenamente, de tal manera que pueda compartir todo aquello que le permita crecer, evolucionar como persona.
No olvidemos, que es muy importante en toda relación, el que siempre se manifieste la autenticidad, la trasparencia de las acciones, el no temer a las críticas, a los desacuerdos, el alimentar el constante compartir, saber comunicarse, exponer las inquietudes y especialmente, alimentar el espíritu con un sincero cariño, afecto, amor bien integrado el uno con el otro.
Considere, que en una verdadera integración no se puede permitir que se infiltren las cosas negativas, estímulos que afloran por no estar atento, que buscan generar el conflicto, la separación, la destrucción de todo aquello que se construyó con la convicción de lograr la paz, felicidad , una verdadera unión. No se puede uno detener en las frivolidades y deficiencias que como seres imperfectos que somos cometemos, por el contrario, hay que evocar las bellezas y virtudes de las pequeñeces que se manifiestan. No hay que alimentarse de las insensateces, las críticas destructivas, los celos, por el contrario, prestarle atención a las cosas buenas que tiene la persona.

Luís Verdechia nos recuerda, que consideremos algunos pensamientos en pro de nuestro crecimiento a fin de lograr una buena integración, tales como. “te amo porque has hecho por mi más de lo que cualquier credo o cualquier filosofía hubiera hecho en pro de mi felicidad. Has realizado todo eso en mi vida sin tocarme, si sermonearme, sin regañarme, sin reclamarme, sin acusarme…, Has realizado este milagro en mi vida, solo siendo lo que eres, porque has llegado a enseñarme cuál es la verdadera esencia del amor y me atrevo agregar, porque has logrado una verdadera integración y compartes lo que sientes…” Podemos señala además, que cuando nos integramos no lo hacemos para depender, sino para compartir la independencia de la persona seleccionada.

Por tanto, no nos debe sorprender que se diga: no te apoyes en mí ni yo me apoyo en ti: hagamos florecer en la intimidad, con nuestra integración los que nos agrada de nosotros mismo. Yo me siento amado por ti en lo que soy. Me siento cómodo y afectuoso con tu presencia. Mi vida es más interesante porque estas tu. No te necesito para ser feliz, pero soy muy feliz porque tu estas en mi vida integrada.
Lo cierto, que si queremos mantener una verdadera integración, capaz de superar los huracanes, las turbulencias de los estímulos externos, de la influencia de los otros que nos envidian, del que dirán, del irrespeto a nuestro espacio, debemos compartir, mantener el diálogo continuo.
Verdecchia nos asoma la siguiente declaración: Nuestro diálogo es capaz de ir más allá de la discusión estéril de opiniones, para abrirse a una comunicación fraterna. Aun permaneciendo individualmente fieles a los principios básicos y convicciones íntimas, se fortalece el equilibrio interior que fundamenta todo intento de diálogo. Debemos compartir nuestras alegrías tristezas, emociones, inquietudes para mantener una actitud de apertura, de logro de una buena integración, de disponibilidad intelectual, emocional, consona a lo que demandan los espíritus, las almas que evolucionan en este tránsito de prueba en este planeta Tierra. Recuerde tener presente, que el diálogo, el compartir se desenvuelve con libertad, no es contenido de enseñanza, aprendizaje, es fruto espontáneo que nace de la madurez, de una real integración.

Si logra una buena integración notará por ejemplo: que crecerán juntos constantemente
El aceptar que todas las relaciones no pueden ser para siempre. Reconocer su calidad temporal, no obstante se sigue actuando como si fuera permanente. No tener miedo de dar cuando nos integramos. Jamás se podrá dar demasiado, si se hace de buena gana. Nunca hay que idealizar a los demás. Jamás estarán a la altura de lo que esperamos de ellos.

POSITIVIDAD

SER O NO SER POSITIVO?

Las personas con una actitud positiva ven los problemas como una fuente de trascendencia. Antes de dejarse afectar por ellos, se preparan como todo un campeón olímpico para afrontarlos, y dejar un récord optimista. Su conciencia en automático es la probabilidad de éxito esperado, lo cual no niega la posibilidad de no lograr lo deseado.

Sólo que actúan como el antídoto para conseguir “un imposible”; y cuando las cosas no salen como se esperaban, se levantan a evaluar lo que se puede aprender de esa experiencia. No se detienen a ver sus limitaciones, sino que se concentran en lo que sí pueden hacer.El pensamiento positivo actúa como una especie de válvula, la cual controla el tipo de decisión que constantemente estamos tomando en la vida. Veamos un ejemplo. Un joven discípulo le dice a su sabio maestro: “Oye, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia... ¡Espera, espera! lo interrumpe el filósofo. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?¿Las tres rejas?, comenta el joven discípulo.¡Sí!, ¡Sí!... La primera es la verdad.
¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? ¡No! La verdad, lo oí comentar a unos vecinos. Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme ¿Es bueno para alguien? ¡No, en realidad no! Al contrario... ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? A decir verdad, no. Entonces, dijo el maestro sonriendo, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.Nuestros pensamientos gobiernan nuestras acciones. Eso es un hecho, y es mejor que lo crea. Ahora estamos donde estamos y somos lo que somos por los pensamientos que dominaron nuestras mentes.

El verdadero reto es pensar bien en un mundo donde abunda lo negativo. El pensamiento negativo produce un grave detrimento en la vida de cada uno de nosotros. Miremos algunos:El pensamiento negativo pone nubarrones en los tiempos en que debemos tomar decisiones importantes. Nos pone tensos en vez de relajarnos. Distrae al cerebro, no nos deja pensar con claridad y afecta hasta la memoria.El pensamiento negativo saca todo fuera de proporción. Algunas personas tratan el problema de un techo con goteras como si fuera un huracán. Encuentran problemas en cada solución. La Ley de Murphy dice: “Nada es tan fácil como parece, todo lleva más tiempo de lo que usted espera; si algo puede salir mal, saldrá, y en el peor momento posible”. La ley de Maxwell dice: “Nada es tan difícil como parece; todo es más gratificante de lo que esperas; si algo puede salir bien, saldrá, y en el mejor momento posible”. Nosotros escogemos.El pensamiento negativo nos impide disfrutar de la vida. Una persona negativa no espera nada de una bandeja de plata sino que se manche. Si tiene un vecino negativo, pídale prestada una taza de azúcar.

El nunca espera que se la devuelvan. A veces nos cuesta aceptar las circunstancias, y eso nos amarra. El pensamiento negativo impide a los demás dar una respuesta positiva. Este es probablemente el peligro más grande de una vida negativa. Tiende a controlar a quienes usted ama y en quienes influye más. Aun la respuesta a una pregunta depende en mucho de cómo usted la haga. Como los vendedores de experiencia lo saben, las preguntas hechas de una manera positiva o negativa, casi siempre provocan una respuesta de acuerdo. Un estudiante de Psicología entró en el ejército decidido a probar esta teoría. Le asignaron entregar albaricoques al final de la línea de comida. “No quieres albaricoques, verdad”, preguntó a los primeros hombres; el noventa por ciento dijo “No”. Entonces probó el método positivo: “¿Quiere algunos albaricoques, verdad?”.
Casi la mitad respondió: “Este... sí... tomaré unos cuantos”. Luego probó un tercer método basado en la técnica fundamental de “O,O”. “¿Un plato de albaricoques, o dos?”, preguntó. Y pese a que la mayoría de los soldados no les gustaban los albaricoques del ejército, el cuarenta por ciento tomó dos platos y el cincuenta por ciento tomó uno.

miércoles, 6 de junio de 2007

La adversidad es ocasión de virtud.

Ante la adversidad como reaccionas?


Nos han "puesto" la idea en nuestras mentes que ser un "líder" es el terreno de unos pocos, de algunos "elegidos"; aunque cada ser humano tiene el poder de cambiar su vida con sólo tomar la decisión de hacerlo. Este breve artículo es extraído del libro “16 horas para Templar el Ser”, dedicado al Desarrollo Personal y el Autoliderazgo.
Para comprender el verdadero significado de "ser un líder con uno mismo", les propongo una experiencia en la simpleza de la cocina de nuestras casas.
En tres recipientes con agua hirviendo, colocamos en uno de ellos una zanahoria; en el segundo, un huevo; en el último agregamos dos o tres cucharadas de café y respetamos los tiempos de cocción de cada uno de los elementos, colocados en el agua hirviente.
Notaremos que la zanahoria antes de cocinarse era rígida, dura y muy difícil de quebrar; mientras que luego de ser hervida en el agua, se transformó en un cuerpo blando y muy fácil de aplastar con un tenedor.
El huevo, con su apariencia frágil y con un espíritu fluido, luego de pasar por agua hirviendo, parece no haber sufrido transformaciones; sin embargo, al romper su cáscara, comprobaremos que esa fluidez se endureció, al igual que su corazón o yema.
El café, en cambio, tiñó el agua hirviente y hasta le dio aroma y sabor.

La adversidad, actúa con nosotros como lo hizo el "agua hirviendo" con la zanahoria, el huevo y el café.
¿Qué somos nosotros ante las adversidades?... ¿Somos zanahoria, huevo o café?
¿Somos aparentemente duros y rígidos como una zanahoria, difíciles de quebrar, que ante una circunstancia adversa de la vida nos volvemos blandos y a punto de deshacernos en la depresión?.
¿Somos huevos, tal vez?... ¿tanto como que nuestro espíritu se endurece como nuestro corazón, a tal punto que cuando llega una oportunidad de amar, ni siquiera nos damos cuenta de que nuestros sentimientos se bloquearon?.
¿O somos café?... eligiendo convertir las adversidades en verdaderos “desafíos” de la vida, en verdaderas “oportunidades” para aprender y fortalecernos.
“Oportunidad” es una palabra compuesta del latín que significa “antes del puerto”. Es decir, luego de navegar, siempre hay una oportunidad. Y sin duda, si naufragáramos, nos habríamos ahogado en el mar de las decepciones y jamás hubiésemos llegado a “buen puerto” para emprender nuevamente un viaje más preparados, gracias al aprendizaje obtenido en ese constante navegar de la vida.

El "auto-liderazgo" es la condición humana del autodes-cubrimiento. Es descubrir y poten-ciar nuestras fortalezas; es aceptar y transformar nuestras debilidades, explorando las profundidades de nuestro Yo Interior, donde habita la esencia del universo y sus principios.

Nos han "puesto" la idea en nuestras mentes que ser un "líder" es el terreno de unos pocos, de algunos "elegidos"; sin embargo, ¿recordamos concientemente las muchas veces que hemos liderado situaciones en nuestras vidas con total naturalidad y desapego?. No se nace siendo líder: es algo que se aprende y para ello es necesario tomar la decisión de hacerlo con total "determinación".
Ciertamente se dice que: "el arte de ser líder" es el "arte de ser uno mismo". El arte, en consecuencia, está relacionado con la belleza; y así como la belleza no se puede definir con facilidad, aunque se la "distingue" cuando se la contempla; así es el liderazgo de uno mismo.

Cuando nos lideramos a nosotros mismos estamos manejando las herramientas del conocimiento de SI. Somos aquellos seres humanos que han decidido acompañarse a SI mismos y de "hacerse cargo de nuestro propio ser". Esa belleza que emana como una luz interior se expande hacia fuera, mostrando su plenitud, su simpleza y su creatividad en el "encuentro diario" con la felicidad.
Cuando tenía 3 años, mis padres y mis hermanos se contentaban cada vez que, en reuniones de amigos, me preguntaban que quería ser yo cuando sea grande. Recuerdo que siempre contestaba "quiero ser feliz"..."porque el amor es amar hasta morir"... Luego, los pasos por la vida me hicieron entender un nuevo significado de "ser feliz".

En un momento me parecía contradictorio cómo es eso de que uno desea "alcanzar la felicidad" y, a medida que avanzaba en la vida, sufría y veía que la felicidad cada vez resultaba más lejana. Eso fue hasta que me di cuenta que la felicidad no es "una meta", sino "el camino de todos los días, del aquí y el ahora mismo". Que no es mañana, ni pasado mañana; que es mentira eso de que "no existe la felicidad, sino los momentos felices".... Y cuando me di cuenta de ello, estaba respondiendo a mi "pregunta difícil" (¿cuando llegaré a ser feliz?) al saber que la felicidad es "el camino del HOY". Desde ese momento sentí que planté en mi una semilla.
Transformarse en un líder, es convertir la semilla en la flor del "uno mismo", del ser auténtico, del ser con valores, del vencer los fantasmas de los miedos, del ser agradecido al universo y a su inagotable energía, fuente de nuestro equilibrio y armonía.
Les propongo auto-responderse con verdadera con-ciencia a estos interrogantes, todos los días de vuestra vida, a cada instante:
- ¿Me siento víctima de las circunstancias?
- ¿Me quejo todo el tiempo?
- ¿Critico a los demás?
- ¿Juzgo o condeno a las personas y a las situaciones?
- ¿Las adversidades dirigen mi vida?
- ¿Soy leal a mis principios y a los demás?
- ¿Cuáles son los valores con los que transito mi vida?
- ¿Reconozco mis emociones?
- ¿Estoy gerenciando esas emociones que reconozco en mi?
- ¿Me auto-motivo?
- ¿Cuántos pensamientos positivos pongo en mi mente día a día?
- ¿Mis miedos se apoderan casi siempre de mi?
- ¿Yo soy el que soy, o soy lo que hago en este momento?

martes, 5 de junio de 2007

Ser amable no te cuesta nada y te aporta mucho

AMABILIDAD

El corazón de las personas es comparable a un caracol, en el sentido de que se encierra bajo un caparazón cuando se siente amenazado, y solo sale a comer cuando tiene hambre y no hay amenazas a la vista. Tratar a las personas con dureza y desconsideración las intimida y pone a la defensiva. No hay mérito en maltratar a la gente ni pisotear su autoestima, a menos que deseemos destacar entre los demás por nuestra falta de habilidad para obtener cooperación inteligentemente.

Obtener cooperación por medio de tratar mal a las personas jamás ha producido los mejores resultados, porque las personas no se sienten comprometidas a realizar su trabajo por lealtad ni por satisfacción, sino solo por un sentido del deber. En una empresa, esa clase de trato exige una supervisión estrecha sobre el empleado, lo que aumenta el índice de rotación de personal, perjudicando los intereses de la empresa al incrementar los costos de capacitación y entrenemiento. A la larga, es agotador, y nada rentable, capacitar a una persona nueva a cada rato. El empleado nunca alcanza la eficiencia que realmente se requiere, y cuando la alcanza, se le despide. No tiene sentido.

El efecto de una palabra cortés, muchas veces bastan unas cuantas frases amables para transformar una plática áspera en un diálogo amable. Por ejemplo, puedes decir cosas como: Mucho gusto, es un placer conocerte, ¿me permites ayudarte?, ¿puedo preguntarte algo?, encantado(a), por favor, gracias, ¿tendrías la amabilidad de pasarme esa hoja de papel?, aprecio mucho tu ayuda, te felicito sinceramente, ¿te ayudo? ¿Puedo ayudarte? ¿Es primera vez que vienes por aquí? Eso inspira confianza.

Usa actitudes corteses, algunos creen que presionando con fuerza la mano de la otra persona al saludarla le comunican seguridad y confianza. Y es cierto que la seguridad con que uno estrecha las manos puede comunicar eso. Sin embargo, ¿por qué alguien querría presionar demasiado las manos a otra persona, hasta el punto de causarle dolor o incomodidad? ¿No será por otros motivos?
La falta de cortesía no solo puede comunicarse con las palabras, sino también con las actitudes. Es apropiado presionar con seguridad, pero nunca hasta el punto de causar dolor o incomodidad. Hay una diferencia entre comunicar firmeza y confianza, y comunicar rudeza y maltrato. Por eso, evita presionar mucho la mano de las personas al saludarlas, para que no te recuerden como una bestia salvaje.
Por otro lado, tampoco es conveniente presionar tan débilmente que les parezca que están agarrando un trapo. La cortesía exige mostrar interés en la persona, y el grado de interés puede percibirse con las manos. Hemos visto que demasiada fuerza puede expresar brusquedad, y demasiada fragilidad puede expresar debilidad. Mucha fuerza ahuyenta, mucha debilidad despierta lástima.
Conecta a las personas, recuerda presentar a las personas que están contigo, no solo diciendo sus nombres, sino un detalle sobre su personalidad por el cual puedan recordarlas. Por ejemplo: "Te presento a Luis, es oftalmólogo", "Permíteme presentarte a Betty, que está inscribiendo a los participantes", "Carlos, te presento a Roberto, el esposo de Mary". Pasar por alto la presentación podría interpretarse como una descortesía. Si lo olvidaste, bastará con decir: "Ah, disculpa, te presento a [...]", y asunto arreglado.

No destaques por la verborrea, hay gente que cuando le dan la palabra, hubiera sido mejor ponerles un parche en la boca. Comienzan a hablar y no tienen cuándo parar. A esas les coniendría tomar un curso para "Callarse en Público". Es una descortesía hablar sin permitir que los demás participen.

Si tienes habilidad para conversar, pregúntate: "Cuando me conceden la palabra en una conversación habitual, ¿suelo consumir el tiempo hablando solamente de lo que a mí me interesa, acaparando la atención de todos y centrando sus miradas solo en mí? ¿O más bien, incito la participación, haciendo preguntas y procurando que los demás se expresen, apartando un poco la atención de mí mismo y guardando un silencio respetuoso para oír lo que ellos también tengan que decir? Recuerda: Consume el tiempo solo si recibes indicios claros de que les encantaría oír tus relatos. Si no, caerás muy mal y pasarás por descortés.

A menos que se trate de un discurso, permite que los demás también participen. No los interrumpas a cada rato para volver a tomar el control y apabullarlos con tu verborrea. Facilítales las cosas para que tomen parte.
Recuerda los pequeños detalles, haz los favores rápidamente y sin brusquedad. Manipula las cosas de los demás con delicadeza y consideración. Devuelve cuanto antes esa llamada. Responde cuanto antes las cartas que te hacen llegar. Defiende los derechos de los demás de la misma manera como defiendes los tuyos. Sé un amigo leal.

En vez de hablar todo el tiempo como una cotorra acerca de lo que a ti te interesa, llenando el aire con tu voz y con nada más que tu voz, concentrando la atención en ti, habla con entusiasmo de las cosas que interesen a la otra persona, sin acaparar la conversación, haciendo preguntas a uno y a otro, usando frases de cortesía y desplegando un trato amable. El resultado es que no solo estimularás la comunicación, sino que dirán de ti: "¡Qué amable es esa persona!", y te abrirán la puerta adondequiera que vayas. ¿No es ese un gran beneficio por el que vale hacer el esfuerzo? Tratar mal a los demás tiene malas consecuencias

Cierto cliente de un restaurante solía maltratar emocionalmente al empleado que le servía diciéndole palabras poco amables. No sabía que el vengativo empleado siempre escupía en su plato antes de llevárselo. Las cosas llegaron al colmo el día que el cliente mordió pequeños trozos de vidrio, lo cual terminó en un escándalo. Le hubiera ido mejor siendo amable.

Cierta familia que vivía en un edificio de viviendas compró un equipo de sonido de última generación. El día del cumpleaños del dueño de casa lo comprobarían. De hecho, bebieron licor hasta embriagarse y se descontrolaron, bailaron hasta altas horas de la noche y subieron tanto el volumen que los vecinos se quejaron. Debido a la borrachera, no hicieron caso a las quejas y respondieron con vulgaridades, hasta agrediendo físicamente nada menos que a la presidenta de la junta de propietarios. Llegaron varias unidades de la policía, la fiesta fue disuelta y citaron al dueño de casa. La pregunta es: ¿De qué les sirvió un equipo tan potente? ¿Acaso no se suponía que se divertirían? ¿Era así como habían planeado terminar el día? Lo único que consiguieron fue un terrible malestar. Nunca resulta bien tratar mal a las personas. Les hubiera ido mejor siendo amables.

domingo, 3 de junio de 2007

Jalemole al respetico

RESPETO
Hablar de respeto es hablar de los demás. Es establecer hasta donde llegan mis posibilidades de hacer o no hacer, y dónde comienzan las posibilidades de los demás. El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar.Sin embargo, el respeto no es solo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.El respeto también tiene que ver con las creencias religiosas.

Ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida nos hemos ido formando una convicción, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. La palabra respeto está de moda. La escuchamos en el mercado, en los discursos, en las convocatorias, en las iglesias, en todas partes. Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros.

Pero, ¿cómo reaccionamos cuando alguien nos afecta a nosotros directamente? ¿Dónde quedan la tolerancia y el respeto cuando el carro de adelante no arranca inmediatamente después de que ha cambiado el semáforo? ¿O cuando aquel que desesperado porque está en una emergencia, nos corta el paso en el tráfico?
O para ser más realistas cuando nuestra hija decide salir con alguien que no nos gusta. Yo pienso que en realidad el respeto del que tanto se habla funciona, siempre y cuando no se metan directamente con nuestros intereses. Es una especie de pacto: si tú no te metes conmigo, yo no me meto contigo.
Pero hay algo más completo que la tolerancia, el respeto es más rico y completo en su significado, implica entendimiento, comprensión y una gran porción de amor.

El respeto exige la comprensión del otro. Ponerse en sus zapatos, implica tratar de comprender su posición. No basta solamente con no agredirlo o ignorarlo, implica escucharlo con atención y sin el ánimo de cuestionar sus ideas y abiertos inclusive a aceptar la posibilidad de replantear las nuestras.

El respeto hace una diferenciación total entre la persona y lo que ésta piense o diga en un momento dado. Nos lleva a aceptar nuestras diferencias personales, recordando que cada uno de nosotros tiene derecho a ser quien es.
Debemos recordar que cada ser es único y esta hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto merece nuestro respeto y consideración.Podemos fortalecer el respetoAprende a escuchar.
Miremos con respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino detengámonos unos segundos para saludarlas, mirémoslas a los ojos y deseémosle un buen día, o simplemente démosle las gracias con sentimiento. Deseémosle lo mejor desde el corazón.Tomemos la decisión de aprender.
El que cree que ya lo sabe todo está estancado. El mundo cambia continuamente y nosotros con él, y cada persona o situación que se presentan en nuestra vida son oportunidades para aprender y crecer. Colócate en los zapatos del otro.

Nadie hace cosas por fastidiar al otro; tú no sabes la situación difícil que otros pueden estar viviendo. De vez en cuando es necesario que trates de pensar y sentir como lo está haciendo la otra persona; es decir, desde su punto de vista. Extender nuestra comprensión hacia los demás, implica volvernos más compasivos.No seas intransigente. Que alguien tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión. Nadie es más ni menos que tú.
Sólo somos diferentes en lo personal. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con ligereza.Enseña a tus hijos con el ejemplo.
Recuerda que es durante nuestra primera infancia, cuando comenzamos a incorporar los valores esenciales. En el proceso de enseñar a tu hijo como vivir, tu ejemplo es determinante.

Eres tú quien enseña a tus hijos a través del respeto hacia ellos, de qué manera ellos te respetarán a ti y a otros. La próxima vez que vayas a entrar a su cuarto, toca la puerta antes de hacerlo; de esa manera, él tocará a tu puerta antes de entrar.Cuando vivimos con respeto hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo, y cuando nos volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.

sábado, 2 de junio de 2007

Todo es cuestion de actitud!

Que actitud tienes frente a la vida?



Tu eres quien eres y te encuentras donde estás -tanto física como mentalmente-- como resultado de los pensamientos que hay en tu mente. La buena noticia es que si no estás satisfecho contigo mismo, ni a gusto con tu salud, física y mental, puedes cambiar esa situación, modificando la calidad de la información con que alimentas tu mente y los pensamientos y emociones que albergas en ella.

Tu puedes empezar a desarrollar una actitud mental positiva protegiéndote de los mensajes negativos que llegan a tu mente a través de los sentidos. El secreto del éxito puede resumirse en estas simples palabras:


Te convertirás en aquello en lo que piensas constantemente
Los pensamientos que albergas en tu mente influyen en tus decisiones a largo plazo y en tus determinaciones diarias, ya que toda acción está precedida por un pensamiento. ¡Es así de simple!

Todo lo que llega a la mente a través de los sentidos, ya sea de manera consciente o inconsciente, queda grabado en ella para siempre. Esto significa que si la alimentas con la información correcta, puedes esperar grandes resultados. De ahí la importancia de controlar la información que llega a tu mente a través de lo que lees, lo que oyes en la radio o lo que ves en la televisión.

¿Por qué una gran mayoría de personas no presta mucha atención al tipo de información que graba en su mente subconsciente? Tal vez aún no han logrado comprender el poder que pueden ejercer nuestros pensamientos sobre nuestras acciones. Se ha calculado que un pensamiento equivale a no más que a una décima de voltio de electricidad. Sin embargo, ésta ejerce una gran influencia en nuestras emociones y, especialmente en nuestra salud.

El doctor Deepak Chopra afirma que pensar es practicar química cerebral. El producto de estas reacciones químicas es precisamente la secreción de hormonas desde glándulas como el hipotálamo y la pituitaria. Éstas se encargan de transmitir mensajes a otras partes del cuerpo.

Por ejemplo, los pensamientos hostiles y de enojo aceleran los latidos del corazón, suben la presión arterial y sonrojan la cara, entre otras reacciones. Los sentimientos de ira, enemistad, resentimiento y tristeza debilitan el sistema inmunológico del cuerpo.

Los pensamientos positivos como el entusiasmo, el amor, la amistad, la paz, la tranquilidad y muchos otros, producen un flujo de neurotransmisores y hormonas en el sistema nervioso central, que estimula, provee energía al cuerpo, y crea las circunstancias propicias para el mantenimiento o restauración de una buena salud. Cada uno de nosotros es, hasta cierto punto, responsable por el nivel de salud del cual gozamos.

Tenemos la gran opción de cambiar nuestra actitud y, por ende, modificar el efecto negativo que ésta pueda estar ejerciendo sobre nuestra salud física.

En un estudio realizado con treinta pacientes que sufrían de cáncer del colon o de tumores malignos, se les pidió que tomaran un curso de ocho semanas sobre relajación y cambio de actitud. La terapia consistía en visualizar enormes células anticancerosas navegando a través del sistema sanguíneo y devorando las células enfermas o el tumor existente. El propósito era cambiar la actitud derrotista y las creencias negativas que muchos de ellos tenían. Los resultados fueron sorprendentes. Los pacientes que tomaron el curso mostraron un incremento en el número de las células que normalmente protegen el cuerpo contra el crecimiento de tumores malignos.

Así pues, te sugerimos que:
Examines cuidadosamente la clase de información con la cual alimentas tu mente.
Controles los pensamientos que ocupan tu cerebro, ya que estos afectan tu salud física y mental, si no son pensamientos renovadores y positivos. Recuerda que el desarrollo de una gran actitud es esencial para alcanzar el éxito.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Seamos humildes

Reconozcamos nuestros errores para crecer aún más

Dado que vivir es aprender basados en el ensayo y en el error, cometemos muchísimas equivocaciones. Sin embargo, el problema no está en las equivocaciones, el problema es vivir equivocado, principalmente porque no sabemos reconocer nuestros desaciertos, ni mucho menos apartarnos de ellos. Ser humilde significa asumir la responsabilidad por las acciones incorrectas que emprendemos. Si no somos humildes, no tendremos oportunidad de crecer como personas. Cuando nos equivocamos, la única forma de enmendar nuestro error es admitiéndolo, aceptando nuestra responsabilidad y renunciando a seguir quebrantando la norma. Quien admite su error asume una actitud humilde ante la situación. La oportunidad para corregirnos y cambiar sólo es posible cuando nos sentimos sin cargos de conciencia. El error mas serio que podemos cometer es saber que estamos equivocados y no hacer nada para cambiar. Al decir la verdad, al admitir el error, lo sacamos al exterior y lo hacemos visible. Únicamente mediante la humildad obtendremos otra oportunidad y estaremos edificando en nosotros y en quienes nos rodean. La humildad es poderosa porque nos limpia y nos permite mostrarnos como somos, sin necesidad de aparentar o de esconder las fallas. La humildad nos da una gran valía como personas.
En las personas humildes podemos ver la manera correcta de actuar ante los errores: Los aceptan, los reconocen y se apartan de las acciones erróneas:

• Antes que nada, los aceptan y públicamente se excusan ante otros, sin importar si son equivocaciones pequeñas o grandes.

• Reconocen, admitiendo su equivocación y, sobre todo, su responsabilidad.

• Se apartan de ellos, tomando un nuevo camino; muchas veces opuesto al que llevaban. Muchas personas creen que la humildad es una especie de inferioridad y subvaloran este atributo del carácter. Quien no es humilde suele defenderse con razones falsas auto-justificándose en todo lo que hace mal y termina por destruir su carácter y genera la compasión o el desprecio de quienes lo rodean. En realidad, el no ser humildes es un problema de exceso de ego.

Muchas veces por no saberse humildes aceptamos halagos falsos de los amigos, de la familia o de quines apenas nos conocen. Es posible que también nosotros demos falsas opiniones de los otros para no lastimar su ego. En estas situaciones, ¿dónde esta la honestidad?. Con esta clase de comportamientos, nunca aprenderemos a ser humildes y es posible que estemos segando a otros la oportunidad de crecer.

Si hablamos de "AMISTAD"...

Rompamos el mito de "Amigo cuanto tienes cuanto vales"

Uno de los fenómenos más asombrosos de este mundo en que vivimos es que se habla tanto más de una cosa cuanto menos importante es. Se llenan páginas y páginas de los periódicos para aclarar una jugada futbolística (tremendo drama: ¿fue o no un penalty?) y nadie habla jamas—ni en los diarios, ni en los púlpitos, ni en las cátedras—de cuestiones tan vitales como la de la amistad. Y, naturalmente, todos decimos saber mucho de ella, pero raramente nos hemos sentado a reflexionar.

Me gustaría salir a la calle y preguntar a la gente que entiende por "amistad". Muchos la confundirían con la simple simpatía, el compañerismo, la camaradería. O tal vez—por el otro extremo—con el enamoramiento o con el erotismo. Y la amistad esta en medio, como una de las más altas especies del amor.

Si los lectores no lo consideran cursi recordaré aquí la vieja definición de Aristóteles: «La amistad consiste en querer y procurar el bien del amigo por el amigo mismo.» O la recientísima de Laín Entralgo, que me parece más completa: "La amistad es una comunicación amorosa entre dos personas, en la cual, para el bien mutuo de éstas, se realiza y perfecciona la naturaleza humana." O la también profunda de Faguet: "La amistad es una confianza del corazón que conduce a buscar la compañía de otro hombre (o mujer) elegido por nosotros entre los restantes y a no tener miedo de él, a esperar de él apoyo, a desearle el bien, a buscar ocasiones de hacérselo y a convivir con él lo más posible."

Con ello queda dicho que la amistad no es el simple compañerismo o camaradería, aunque pueda surgir del uno o de la otra. Queda también dicho que la amistad no es el enamoramiento, aunque probablemente el mejor amor es el que va unido a la honda amistad.

Pero, sobre todo, queda dicho que en la amistad no se busca la "utilidad"—aunque no pocas pseudoamistades se monten como un negocio—, sino que a ella se va más para dar que para recibir, aunque nada perfeccione tanto a un ser como dar a otro lo mejor de si mismo. Una verdadera amistad es sólo la que enriquece a los dos amigos, aquella en la que el uno y el otro dan lo que tienen, lo que hacen y, sobre todo, lo que son.

De ahí que ser un buen amigo o encontrar un buen amigo sean las dos cosas más difíciles del mundo: porque suponen la renuncia a dos egoísmos y la suma de dos generosidades. Suponen, además y sobre todo, un doble respeto a la libertad del otro, y esto si que, más que una quiniela de catorce, es un simple milagro. «La amistad verdadera —escribe Laín—consiste en dejar que el amigo sea lo que él es y quiere ser, ayudándole delicadamente a que sea lo que debe ser.» ¡Y que difícil esta frontera que limita al Norte con el respeto y al Sur con el estimulo! ¡Y qué fácil caer en esa especie de vampirismo espiritual en el que uno de los dos amigos devora al otro o es devorado por su voluntad más fuerte!

¡Qué enriquecedora, en cambio, esa amistad que maduran los años y en la que nos sentimos libres y sostenidos, aceptados tal y como somos y delicadamente empujados hacia lo que deberíamos llegar a ser. Tesoros como éste son como para vender todo lo demás y comprarlos